Caminando por Castilla me encontré con cuatro pequeñas niñas. Tres de ellas de blanco, una de rosa con un jarrón en los brazos. 

-¿Dónde vais pequeñas?- Pregunté.

- A una boda- Respondieron.

-¿Y qué lleváis en el jarrón?

-Nuestra mejor ilusión. 

Las dejé atrás y seguí caminando pensativo. ¿Será posible que la ilusión de esas cuatro niñas quepa al completo en el jarrón? 

No es posible, me dije, pues su ilusión era grande según mostraban sus ojos. Entonces ¿Qué era lo que llevaban en el jarrón? Sólo la imagen de su recuerdo.

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